Se denomina metal a los elementos químicos caracterizados por ser buenos conductores del calor y la electricidad. Poseen alta densidad y son sólidos en temperaturas normales (excepto el mercurio); sus sales forman iones electropositivos (cationes) en disolución.
Generalmente la capacidad de reflejar la luz está presente en estos, lo que le da su peculiar brillo.
El concepto de metal se refiere tanto a elementos puros, así como aleaciones con características metálicas, como el acero y el bronce. Los metales comprenden la mayor parte de la tabla periódica de los elementos y se separan de los no metales por una línea diagonal entre el boro y el polonio. En comparación con los no metales tienen baja electronegatividad y baja energía de ionización, por lo que es más fácil que los metales cedan electrones y más difícil que los ganen.
Los metales poseen ciertas propiedades físicas características, entre ellas son conductores de la electricidad. La mayoría de ellos son de color grisáceo, pero algunos presentan colores distintos, este fenómeno se denomina policroísmo. Otras propiedades son:
- Maleabilidad capacidad de los metales de hacerse láminas al ser sometidos a esfuerzos de compresión.
- Ductilidad, propiedad de los metales de moldearse en alambre e hilos al ser sometidos a esfuerzos de tracción.
- Tenacidad, resistencia que presentan los metales al romperse o al recibir fuerzas bruscas (golpes, etc.).
- Resistencia mecánica, capacidad para resistir esfuerzo de tracción, compresión, torsión y flexión sin deformarse ni romperse.
Metales como el oro, la plata y el cobre, fueron utilizados desde la prehistoria. Al principio, solo se usaron los que se encontraban fácilmente en estado puro (en forma de elementos nativos), pero paulatinamente se fue desarrollando la tecnología necesaria para obtener nuevos metales a partir de sus menas, calentándolos en un horno mediante carbón de madera.